PENSAMIENTO CRÍTICO
Revisando comentarios, tuits y diversas publicaciones en redes sociales veo con preocupación opiniones y respuestas con deficiente ortografía, en tono desafiante, con un perfil agresivo, muy critico y fatalista, sobre todo cuando los medios de información locales publican noticias sobre la pandemia o sobre política, también he observado que las mismas personas días después son benevolentes y optimistas (con la misma noticia que antes cuestionaron) haciendo comentarios halagadores, originando una llamativa contradicción, ello me lleva a concluir que las personas están analizando la realidad con una superficialidad preocupante.
Considero que la incertidumbre y las preocupaciones
propias de la época de pandemia llevan a las personas a asumir posturas y armar
conjeturas diversas, proponiendo soluciones imposibles, impensables y contradictorias, sin embargo, también es posible encontrar, pero en menor medida, respuestas
razonables, coherentes y con buena capacidad de pensamiento crítico.
Muchos jóvenes y adultos, a pesar de tener amplio acceso a la información
no se informan o no leen lo suficiente para hacerse una idea de las adecuadas y oportunas alternativas
de solución, es cuando van recogiendo propuestas ajenas, de otras publicaciones
y esbozan opiniones, todo ello por la ausencia de un óptimo pensamiento crítico.
El
pensamiento crítico es una estrategia cognitiva, que se refiere al intento de
las personas de pensar de un modo más PROFUNDO, REFLEXIVO Y CUESTIONADOR, el
cual involucra habilidades como:
- Análisis.
- Evaluación.
- Inferencias.
- Interpretación.
- Apertura (a diversas afirmaciones o
verdades universales)
- Autorregulación (del conocimiento)
- Explicación.
En resumen, es un pensamiento analítico para responder de
manera razonable y coherente a planteamientos, problemas y preguntas, es el
proceso de reflexión y discriminación entre diversas perspectivas, propias y
ajenas para determinar cuál es la “verdad”.
Para
contribuir con el desarrollo del pensamiento crítico los padres, madres y
docentes deben asegurarse que los niños cumplan con las siguientes etapas
para solucionar un problema planteado, por más sencillo que parezca:
- Identificar el problema.
- Estructurar
un plan.
- Ejecutar
el plan.
- Evaluar los resultados.
Ejemplo: Si “Juancito” desaprobó el examen de matemáticas:
- Nota desaprobatoria (problema identificado)
- El padre se compromete a ayudarle 03 veces
por semana (plan estructurado)
- Los padres le ayudan (plan en ejecución)
- Revisan las nuevas calificaciones (resultados evaluados)
Este proceso, por simple que parezca, va instalando en el niño la idea de procesar los problemas de una forma analítica y no dejarse influenciar por las emociones propias o ajenas del momento y responder o solucionar adecuadamente, si es posible anotar el proceso en algún lugar visible y enseñarle al niño a valorar los resultados, guiarlo a que lo aprenda a aplicar a situaciones sencillas de su propio día a día.
Por ello, ahora con las clases escolares a distancia, tal vez sea complicado hacerlo correctamente, pero es importante conocer los procesos que contribuyen al desarrollo del pensamiento y otras capacidades intelectuales que llevan a mejorar el potencial de inteligencia. Es importante y necesario ayudar a los hijos con calma, paciencia, favoreciendo su autonomía, imaginación y creatividad, sin morir ni “renegar” demasiado en el intento. Buena suerte.
Ricardo MATIAS FUENTES.
Lima – Perú.
Eso es cierto , en general a los peruanos nos falta pensamiento crítico
ResponderEliminar